Afrontar la resistencia de tu pequeño al momento del baño puede resultar desafiante.
Si te encuentras con que tu hijo muestra aversión al agua y al baño, es crucial recordar que este comportamiento es común y, en muchos casos, temporal.
Así que mantén la calma y no pierdas el ánimo.
Para ayudarte a superar esta etapa, te propongo una serie de estrategias que podrían convertir el baño en una experiencia más agradable para ambos.
Estrategias para niños que rechazan el baño:
- Reconsiderar el horario del baño: A menudo, bañamos a los niños por la noche. Sin embargo, cambiar el baño a otro momento del día, como la mañana o la tarde, puede marcar una gran diferencia, especialmente si el niño está cansado o hambriento.
- Incorporar el juego simbólico a partir de los 15-18 meses: Usar muñecos para simular el baño o jugar con agua fuera de la bañera puede ayudar a familiarizar al niño con el agua.
- Ajustar la temperatura del agua y del ambiente: Evita que el agua esté demasiado caliente y asegúrate de que el ambiente sea cálido para prevenir el frío, sin corrientes de aire.
- Crear un ambiente musical: La música puede ser un gran aliado, ya sea para estimular el juego o para crear un ambiente relajado.
- Suavizar la iluminación: Las luces intensas pueden ser desagradables. Opta por una iluminación más tenue.
- Mejorar el contacto físico con la superficie de baño: Colocar una alfombra o un cojín específico puede hacer que el niño se sienta más cómodo y seguro.
- Seleccionar cuidadosamente los productos de higiene: Prefiere jabones suaves para niños y evita el uso de esponjas.
- Evitar el agua en el rostro: Si el disgusto proviene del contacto del agua con la cara, considera el uso de viseras especiales.
- Introducir juguetes y actividades acuáticas: Existe una amplia variedad de juguetes diseñados para el agua que pueden hacer del baño un momento divertido. Recuerda mantener estos juguetes limpios para evitar la acumulación de gérmenes.
- Compartir el baño: Bañarte con tu hijo puede proporcionarle seguridad y transformar la experiencia en un momento de unión.
- Mantener una actitud calmada y afectuosa: Aunque el niño llore, es importante que sienta tu presencia tranquilizadora y amorosa.
Implementar una rutina constante de baño también puede ser beneficioso, ya que el niño sabrá qué esperar y el baño se convertirá en un evento familiar en lugar de una sorpresa desagradable.
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